jueves, 25 de junio de 2009

SILENCIO


Título: Hush/ Silencio.

Año: 2.004.

Guionista: Jeph Loeb.

Dibujante: Jim Lee.

Tinta: Scott Williams.

Color: Alex Sinclair.

Edición manejada: Norma Editorial, 12 números recopilados en 5 tomos.

La ecuación de los editores de DC debe de ser simple en ocasiones. Contrata un guionista reconocido (Jeph Loeb), dale un personaje icónico y que mueve tanto dinero como Batman, ficha a una mega-estrella del dibujo (el coreano Jim Lee) y dales una mini-serie. Económicamente hablando la jugada les ha salido perfecta, Hush ha sido traducida a muchos países y ha dejado una buena renta. Distinto será valorar si estos doce números marcarán algo novedoso en el plano artístico de un personaje del que ya mucho se ha dicho.
A nivel de dibujo, apenas la primera escena de la liberación del crío secuestrado por Killer Croc ya justifica cualquier inversión. Lee en ocasiones no es un buen narrador, tiene tendencia a las escenas apocalípticas cada cinco viñetas, parece incapaz de dibujar personas normales, todos sus héroes parecen súper-homéricos y sus mujeres salidas directamente de una fanfarronada del Playboy. Pero al César lo que es del César, sabe venderse y vender sus dibujos. Los flashbacks utilizados con los padres de Bruce, viaje a Metrópolis incluido, parecen remontarnos a una película de los años 50, con unos maravillosos lápices. Sobresaliente para Williams y Sinclair respetando su trabajo.

Las portadas a su vez son ejemplo perfecto de sentido comercial y hasta lujo. Pero eso nunca será una crítica a este elemento del cómic, el que muchas veces hace que un buen cómic se pierda o no en la estantería. La desafiante expresión del Joker en el tomo 3 o la macabra elegida para la portada de esta modesta reseña reflejan a la perfección lo que se pretende decir.

Admitiendo que viene un buen envoltorio, ¿nos aporta algo Hush? ¿Puede acercarse un aficionado/a (o no) al Murciélago y ver algo nuevo o interesante? Lo cierto es que consideró que Loeb es uno de los mejores y más infravalorados guionistas de los últimos años. Se le criticó en exceso por El Largo Halloween y Victoria Oscura, donde parecía que todo lo bueno era por mérito del dibujante (el excepcional Tim Sale) y que los fallos eran por un mal escritor que se aprovecha de tener dibujantes estrella. Pues bien, es sospechoso que reputaciones como Tim Sale o Lee se arrimen siempre a la sombra de Loeb, que me parece a mí que sabe mucho más de lo que la gente cree. En primer lugar porque sabe qué clase de historia se puede hacer con uno u otro. Si hubiera estado con Sale, hubiera enfocado la aventura de una manera muy distinta, pero al estar con el artista asiático, le ha hecho ser el protagonista absoluto de una montaña rusa con mucha acción y los suficientes elementos dramáticos para tener historia.


Un magnífico crítico de cómics como es David Hernando, califica el misterio que propone Loeb como soso, muy fácil de descubrir. Quizás, como tal vez es forzada la figura de Thomas Elliot, antiguo amigo de la infancia de Bruce. Este tipo de comentarios, que pueden ser ciertos, deberían tener en cuenta homenajes literarios de primer nivel (como la La carta robada de Edgar Allan Poe) o las citas de Hush a Aristóteles. Más que saber quién, que puede resultar hasta sencillo en determinada circunstancia, interesa más el por qué. Además, es encomiable la capacidad del guionista para re-interpretar y volver a hacer dignos de consideración a antagonistas como El Acertijo o Clayface.

Por otro lado, siempre me ha parecido que en la relación de las dos leyendas de la editorial, Superman y Batman, Loeb se ha mostrado mucho más hábil y diplomático que otros autores de la talla de Frank Miller (aunque Miller sea aún tremendamente superior a Loeb en otros aspectos a la hora de construir una trama). Es decir, creo que estamos ante un buen trabajo, que por supuesto, presenta una serie de incorrecciones que no la permiten despegar del todo. Aunque muy amena de leer y propicia para fechas veraniegas, dudo que esta saga pueda estar a la altura de momentos como los que pueda brindar La Broma Asesina, Año Uno, El Contra-Ataque, etc.

En primer lugar, el curioso giro de tuerca que Loeb pretende dar a la relación Bruce-Selina, se pierde en nada en un final algo apresurado y chapucero. Otros personajes como Hardol debieron haber aparecido antes para conseguir el instante dramático esperado. Mucho mejor es el tratamiento dado a personajes como Barbara Gordon, Jim o Harvey Dent, con pocas frases pero siempre interesantes y absolutamente vitales. En otra escala hay que colocar la versión que ofrece Lee de Nightwing, elegante, preciso y capaz de ser algo más que el Watson particular del mejor detective del mundo.

Lo que sí creo que dará muchos adeptos a este conjunto de números, es que es fácil de seguir para gente que no sea consumidora habitual de cómics de El Señor de la Nochw, gracias a que Loeb ofrece aparte de un guión cerrado y autoconclusivo (aunque DC, muy al estilo Marvel, se ha encargado de sobre-explotar la gallina con resurrecciones y nuevos experimentos de lo mismo), un repaso de toda la mitología que rodea al protagonista. En especial, en el primer de los números.



2 comentarios:

Easmo dijo...

Infravalorada saga que a mí personalmente me gusta bastante, especialmente por la relación Selina-Bruce, a pesar de que Bruce lo jode todo al final con su perpetua concepción de "todo dios es sospechoso de todo".

Pero claro, es de la era mdoerna, tiene que ser mala... XD de entrada, ya se me antoja más interesante que la lucha por la capucha, que ya sabemos todos que a fin de cuentas va a ser temporal, en lo que tarden en revivir al murciélago, aunque no obstante me leeré esa, a ver qué tal, aunque sea sólo po tratar de ser lo más objetivo posible.

El Viejo dijo...

Si te paras a pensarlo Easmo, la lucha de la capucha puede estar bien, el problema es que hagan como con Azrael o One Day More que den un giro infame a un salto muy importante.

Personalmente, sí me gustaría que se recordase la figura de Bruce con varios números homenaje (la visión de Dick estaría muy bien); pero aunque me encante, como con Fénix Oscura, lo peor de todo sería volver a lo de antes