jueves, 30 de septiembre de 2010

DIOS NO JUEGA A LOS DADOS CON EL UNIVERSO

Dicen que no hay momento más emotivo y a la vez más triste para un aprendiz que cuando gana a su maestro por primera vez.
Al jolgorio del éxito se une el lamento por haber destronado a una figura respetada y reverenciada. Cuando Matt Groening, en asociación con David X.Cohen, decidía sacar otra serie de animación, el listón amarillo precedente parecía insuperable. ¿Cómo se supera a una obra maestra?
El año era 1999, estaba muy en boga el efecto 2000, por lo que no tiene nada de extraño que los dos guionistas se pusieran en la piel Philip J.Fry, un joven repartidor de pizza, que en plena Nochevieja, no tiene otro lugar mejor que ir que a un falso encargo en una sala de criogenización. En un gag desternillante (que después tuvo más historia de la que parecía), Fry queda congelado por accidente y despierta en el 3000. De esta fusión de "El dormilón" con "Regreso al futuro", los espectadores viajan con Fry a un desconcertante futuro... que sin embargo sirve a sus creadores para parodiar nuestro presente... y pasado (Nuevo México, donde Philip descubre que es su propio abuelo, en un giro rocambolesco).
Con la trepidante música de Christopher Tyng, Fry irá conociendo un nuevo entorno. Como tiene poco que perder (no es que su vida en New York fuera fascinante, su novia le engañaba y su familia, en el mejor de los casos, era peculiar), renuncia a su pasado de repartidor y desafía las normas de una sociedad que le impone a cada uno el trabajo para el que mejor cualificado está... En esta insurrección conocerá a una hermosa alienigena (Leela), un robot que quisó suicidarse cuando descubrió para que servía su trabajo (cabinas de suicidio) y termina visitante a un descendiente suyo (que curiosamente es más viejo en aspecto que él), el alocado profesor Hubert Farnsworth.
Mostrando un pulso increíble para ser un episodio piloto, el primer capítulo culmina con la alegría de Fry y sus nuevos amigos al recibir de Farnsworth el puesto de su antigua tripulación...desaparecida en misteriosas circunstancias. Fry, por su lado, tras todas sus quejas, abraza con pasión su nuevo oficio...repartir mercancía. A partir de entonces, la serie se abrocha los cinturones y no mira atrás, anexionando a la tripulación a Amy, una marciana patosa y pija, junto con Hermes Conrad, un contable jamaicano que representó a La Tierra en los Juegos Olímpicos.

De entre todos ellos, destacan dos, Turanga Leela, ascendida a capitana por ser la única con dos dedos de frente y cuyo verdadero origen es una de las grandes incógnitas de las primeras temporadas. Leela es un personaje femenino soberbio, no solamente por ser el amor platónico de Fry, sino por ser complejo, divertido y redondo en todas sus facetas.
En segundo lugar, pero no por ello menos importante, tenemos a Bender Doblador Rodríguez, fabricado en México, un robot cuyo atractivo diseño tiene el encanto de la ciencia ficción de los 50 y cuya mentalidad amoral no puede sino resultar muy atractiva. Dennis Rodman de la serie, Bender es el rostro más reconocido del show, al cual amenaza con engullir en ocasiones por su carisma. Otras unidades mecánicas como Calculón (estrella de un culebrón al estilo venezolano, "Todos mis circuitos") o el Diablo-Robot (al final las máquinas desarrollan su propio culto), entre otros, Bender es sin duda el más apreciado por el público, teniendo las bromas más bestiales, que a veces chocan con el refinamiento de la serie.
Mejor amigo de Fry (terminarán compartiendo piso, convirtiéndose en "La extraña pareja" si la hubiera escrito I.Asimov), Bender tendrá momentos para exclusivo lucimiento, como el misteriosamente metafísico episodio donde colisiona con una unidad que bien podría ser Dios (aunque desconfiamos de que un ser todopoderoso deba pensar en binario) o cuando es mordido por un malvado "coche-lobo" (una parodia brillante del género de terror de la serie Z).
No obstante, el principal núcleo de la trama son las misiones que el profesor (mitad genio, mitad despistado y mitad nudista) encomienda a sus muchachos, a la par que conocemos a Zoidberg, una repulsiva y maloliente langosta, personaje desternillante, Carpanta particular de las oficinas y sin duda, de los que más han ido ganando en popularidad. Todos estos caracteres están acompañados con los consabidos genios dobladores que acompañan las series de Groening.


Durante las cuatro temporadas que duró al inicio, hasta su inexplicable cancelación por parte de la FOX (de la cual la propia serie se ha burlado tras volver por fuerte demanda popular), la serie se convierte en un búnker acorazado, armados de algunos de los mejores guionistas de The Simpsons y otros de nuevo cuño, algunos formados en Harvard (tener carrera no implica, de hecho en ocasiones, casi diluye las posibilidades de ser graciosos, pero teniendo en cuenta las bromas matemáticas del programa, no viene nada mal tener elementos del cosmos para ironizar con ellos).
La capacidad de la serie para burlarse de películas de culto como "Viaje alucinante" o escándalos políticos como el Watergate (imprescindible la versión de Nixon que dan), la convierte en el ojito derecho de muchos, que por primera vez quizás están dispuestos a colocar a la serie de Homer and cía, un peldaño por debajo (tampoco le ayuda a la familia de Springfield estar en momentos muy poco inspirados de su, por otro lado, brillante trayectoria).


La cancelación del programa justo después de una impresionante emulación del estilo operistico, la convirtió más en un objeto de culto. Todo el mundo parecía disfrutar de la burla de la mítica Star Trek (el propio reparto de la serie norteamericana participó en el juego), con el dueto payaso serio-payaso triste del capitán Zap Brannigan (inolvidable su Cow-boy de Medianoche 3000) y Zif (tal vez Skinner de haber sido extraterreste). Y, si bien la primera película (que tenía un guión muy trabajado) fue acogida con entusiasmo, las tres entregas posteriores han despertados algunos de los sentimientos más hard de los antiguos admiradores.
No es espacio éste el necesario para hablar de los largometrajes, pero parece que Futurama, el eterno príncipe que sigue la estela amarilla del trono, volverá a la carga... para seguir trayendo cajas chinas y burlarse de todo, mezclando el absurdo con la genialidad más elevada. Simplemente, si aquí algún día la vuelven a emitir... yo les animo a que no vayan sin prejuicios, la tripulación de Leela lo merece.
OOO1OOO1OOOO1OOO1... y me pareció ver un dos. Eso es absurdo Bender, no existe eso que llamas 2.

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