domingo, 2 de octubre de 2011

BIOGRAFÍA DE UN NIÑO PRODIGIO

Durante los últimos años, la figura de Manuel Vázquez, quien fuera uno de los dibujantes de cómic español más importantes de Bruguera, ha quedado totalmente revalorizada.


Todo giró alrededor del estreno de la película "El Gran Vázquez", donde el popular Santiago Segura interpretó al picaresco artista, tan célebre por sus viñetas como por su vida ácrata y al margen de las convenciones, aún a costa de ser un moroso y vivir prácticamente al día.
Tener una película de Vázquez animó a Ediciones B y a Glénat para re-editar algunos de sus trabajos (ver la reseña "Lo peor de uno de los mejores"), a la par que uno de los grandes historiadores del cómic hispano, Antonio Guiral, elaboraba una biografía con su minucioso estilo clásico del artista.

Probablemente, lo último haya sido el broche de oro para lo que ha sido esta incuestionable figura, "El Gran Vázquez: coge el dinero y corre", coordinado por J.J.Vargas (a quien ya conocerán los lectores/as del blog por virtud a su espléndido trabajo sobre Alan Moore, también editado por Dolmen), es sin duda el colofón a la recuperación de la producción del creador de Anacleto.
Este estudio se trata de una obra coral donde hay un desfile de algunos de los mejores conocedores de la época, abordando distintos aspectos de Vázquez, desde sus inicios cuando era el niño prodigio de Bruguera, hasta la época donde en Glénat orientó su estilo a un humor más adulto y escatológico. Así encontramos a Miguel Fernández Soto, quien ya ha efectuado algunos de los mejores estudios sobre los emblemáticos "Mortadelo y Filemón", o unas palabras de Paco Roca, quien fuera el creador de esa joya que es "El invierno del dibujante".
Lo interesante de esta obra es que se complementa a la perfección con el estudio de Guiral, muy académico e impecable en sus análisis sobre la creación de los personajes con firma by Vázquez (las hermanas Gilda, la familia Cebolleta, el inspector Yes y un amplio etceterá), pero quizás sin esta versatilidad que presenta esta edición de Dolmen, prácticamente un libro que uno puede empezar por el capítulo que prefiera consultar, además de estar aderezado con muy curiosos complementos que harán las delicias de los aficionados (entrevista Jaume Rovira, a Vicky Vázquez, una de las hijas de la prolífica vida familiar y de amantes del artista brugueriano...).
Desde su más temprana infancia, Vázquez fue una curiosa mezcla. Criado en un clima de pobreza y donde se pasaba mucha hambre, su vida, gracia al trabajo de su padre, también le permitió codearse con círculos de artistas muy brillantes, lo cual convirtió al muchacho en una mezcla de sibarita y alguien acostumbrado a sacarse las castañas del fuego, viajando hasta Barcelona para convertirse desde el principio en el niño mimado de Bruguera. Muy inteligente, perspicaz e imaginativo, en el páramo realmente poco fecundo de la censura franquista, by Vázquez fue un verdadero innovador, Escobar por ejemplo fue un brillante exponente de alguien que dinamitaba los tópicos desde dentro y que también merece cuantos estudios se hagan de él, el dibujante de Angelito, se colocó en un extremo del absurdo donde usaba la hipérbole para crear divertidísimo contrasentidos.
Como se desgrana de sus propias entrevistas y testimonios, Vázquez siempre vivió un poco con la ironía como refugio. En el clima espartano de Bruguera, concebida como un negocio tan efectivo como represivo por parte de Rafael González y sus patronos, el dibujante, pese a ser con diferencia el más consentido gracias a sus propias añagazas y el consentimiento que generaba su talento, pero jamás se tomó en serio ni a sus superiores ni a sus propias criaturas. Siempre pensó que la historieta española se pudo poner en la delantera, era el momento, había cerebros (Escobar, Cifré, Mora, etc) y talento, pero el poco propicio clima para la libertad de expresión y las timoratas morales de la época le enfurecían, hasta el punto de buscar refugio en "Los cuentos del tío Vázquez", una sátira moral donde enseñaba a los españolitos medio una vida poco ejemplarizante y muy divertida, con sastres que portaban garrote y deudores irredentos.

Hablando precisamente de deudas destacar las reflexiones de José Ángel Quintana (alias Chespiro, viejo amigo de este blog), acerca del legado de la obra de Vázquez en Francisco Ibáñez. Eternamente considerados la liebre y la tortuga de Bruguera, la superior ética de trabajo del segundo permitió adquirir el estatus de dibujante estrella de la compañía, rango que aún hoy ostenta, ya que sus dos agentes de la TIA son los dos personajes más reconocibles del panorama de las viñetas españolas.



Chespiro, reconocido admirador de Ibáñez a cuya obra ha dedicado el blog "Corra jefe, corra", no cae en el eterno debate bizantino que para algunos ha sido Ibáñez versus Vázquez, cuando en realidad tal pulso no es necesario. El propio carácter anárquico del más veterano le llevó a no exprimir sus creaciones al máximo (su producción es mucho más interesante por su calidad e innovación que por su cantidad), mientras que el otro con una gran intuición, supo ser el discípulo aventajado (por ejemplo: "La Historia ésa vista por Hollywood) que llegó a sacar con su propia marca ese legado, reconociendo siempre la originalidad de aquella personalidad contrastada con él, y es que en by Vázquez, el personaje pronto se apropió de la persona.
Y es precisamente en ese rico anecdotario donde el biografiado ha sido aún más célebre que en el mundo del cómic. Capaz de enterrar tres veces a su padre para cobrar adelantos, artista del escaqueo laboral y sablista profesional, ese personaje brumoso y canallesco generó una extraña admiración dentro de muchas de las personas que convivieron con él, llegando incluso a límites malsanos. Aún hoy sorprende que algunos de los timos de Vázquez sean tan aplaudidos como si fueran producto de una obra de Quevedo, pero en verdad, la realidad tuvo que ser mucho menos divertida para quienes tuvieron que sufrirla. Es precisamente ese séquito que en ocasiones le rodeó quien en ocasiones fomentó esa imagen algo cansina del eterno estafador; curiosamente, él mismo no dudaba en reírse de sí mismo colocándose como villano de sus propias historia, incluyendo secuestros de sus creaciones para no tener que dibujar.
Los aficionados a este singular artista pueden estar de enhorabuena, el presente estudio de Dolmen es, hasta la fecha, el estudio sobre su carrera más documentado, mejor redactado y cubriendo aristas poco conocidas de su trabajo (por ejemplo: su época en la prensa escrita o aquella ocasión en la que el director de El Jueves, rendido admirador de su persona, tuvo que decirle que no a contratarlo por su mala actitud...). Y es que, año tras año, la figura de Vázquez siempre emerge con fuerza para nuevas generaciones de lectores...
"Vázquez no puede morir. Vázquez no perdía nunca"- Francisco Ibáñez, sobre el legado de su vida paralela.
Autores de la obra: J.J.Vargas, Miguel Fernández Soto, Miquel Esteba, Jordi Canyissa, Antonio Tausiet, Alfons Mollné, Francisco Javier Alcázar, José Ángel Quintana, Koldo Azpitarte, Enrique Martínez Fuentes y Jaume Capdevilla.

2 comentarios:

Chespiro dijo...

Por fin la verificación visual me ha dejado escribirte. Eres, como de costumbre, bastante generoso conmigo.
Aunque sea juez y parte, puedo hablar del trabajo de todos los que han colaborado en el libro de Dolmen y sí, es magnífico.
Gracias por acordarte de nosotros.

El Viejo dijo...

Qué menos, me ha supuesto una gran alegría este libro, espero que mucha gente se os anime a comprarlo, porque se lo van a pasar muy bien leyéndolo.

Esperaremos más cosas como éstas en el futuro de vuestras plumas.

Saludos.