domingo, 14 de julio de 2013

ROBOT-CHIKEN




Toca el turno esta calurosa tarde-noche dominical, hacer un repaso de una serie muy peculiar, nada menos que Robot Chiken.Creada por Seth Green (a quien muchos conocerán por ser uno de los dobladores de varias series, destacando especialmente su labor en la célebre Padre de familia), junto con Matthew Senreich. Su primer emisión se dio en Adult Swim, a través del popular Cartoon Network.



Nos referimos a un programa pionero, animada por el sistema de stop-motion, con el objetivo de parodiar muchas series de televisión, películas, video-juegos y canciones célebres. El freakismo (y lo usamos en el sentido más elogioso de la palabra), no conoce límites, desde He-Man y los Masters del Universo hasta llegar a referencias a la célebra Naranja mecánica de Stanley Kubrick.




Si bien en nuestro país no ha tenido la repercusión tan notable como en los Estados Unidos, los medios de los que disponemos actualmente con internet, permiten disfrutar de la gran mayoria de los episodios de este show, nacido en el ya lejano mes de febrero de 2005. Como curiosidad para los que la disfruten en versión original, retarles a que identifiquen muchas de las voces de celebridades invitadas, como Hulk Hogan o Mark Hamill.



Con el metraje oportuno y un paródico sentido del humor, repleto de referencias a la cultura pop, este curioso laboratorio con el pollo biónico, es un agradabilísimo entretenimiento que sabe entrar por los ojos, además, sale económicamente muy rentable a los ojos de la productora, por más que Seth MacFarlane, tenga divertidos piques con Green acerca del espacio televisivo, ya que las series del primero tienen un falso pique con el otro.



Ya sea en sus versiones fílmicas de la celebérrima Star Wars o en cualquier de sus desternillantes episodios, un espacio muy recomendable, delicioso entremés televisivo... unas alitas de pollo, por favor.


domingo, 7 de julio de 2013

DOBLE S: SPIDEY Y SALEM

 
Cuesta pensar que una de las premisas más comerciales de la historia del cómic se fusionase de forma ecléctica con una de las grandez piezas teatrales del siglo XX, firmada nada menos que por Arthur Miller. Sin embargo, así ocurrió. En las oficinas de Marvel, se había llegado a la conclusión de que el trepa-muros era el personaje más popular de la Casasa de las Ideas sin discusión. ¿Qué hacer al respecto? Pues crearle una serie más adicional, Marvel Team-Up, donde uno de los héroes más solitarios por excelencia descubriría como, mes tras mes, se encontraba con algún colega de editorial a quien ayudaba en una aventura (y de paso, como hubieran dicho en marketing, mejoraba las ventas del otro en cuestión, al aparecer con el carismático alter-ego de Peter Parker.
 
 
 
 
Por supuesto, buenas ventas al margen, los duetos formados por Spidey no fueron tampoco precisamente la coherencia argumental en persona. Un buen día estaba con la deidad nórdica, Thor, el otro con un icono tan patriótico como el Capitán América... para acabar el trimestre tratando de introducir a Dazzler, una nueva heroína de la editorial. Afortunadamente, ocasionalmente caen buenos guionistas que logran mejorar una premisa inicial y darle sentido a lo que no lo tiene.
 
 
 
 
 
Tal fue el caso de Bill Mantlo, quien embarcó al protagonista en un curioso viaje temporal que, acercó, quizás por primera vez en muchos casos, a un territorio puritano gobernador por el miedo y la falsa espiritualidad. Los terribles sucesos de Salem, que han fascinado a miles de lectores a lo largo de todo el globo, junto con adaptaciones cinematográficas (por ejemplo El Crisol) y teatrales (un magnífico Estudio 1 de TVE, recientemente recuperado a DVD).
 
 
 
 
 
 
Por fortuna para Mantlo, su curioso viaje temporal, contó con la inestimable presencia de Sal Buscema, uno de los más eficientes, sólidos y destacados dibujantes de Marvel. Quizás injustamente ensombrecido por la carrera de su hermano, "Big John" Buscema, Sal merece ser considerado uno de los más sólidos narradores de las décadas de los 70 y 80 del cómic. Su manera de reflejar los presidios de J. Proctor y compañía, así como las artimañas de Abigail, resultan una verdadera delicia.
 
 
 
 
 Hace muchos veranos que mi padrino me regaló aquella aventura y, obviamente, la fascinación de las imágenes heroicas de La Visión, La Bruja Escarlata o la regia y malvada figura del Doctor Doom no tienen el mismo efecto en mi atención de lector. No obstante, esta aventura, afortunadamente reeditada al castellano por Selecciones Marvel (número 2), fue la piedra angular que me llevó a conocer y disfrutar de la pieza de Miller y a buscar sus diferentes adaptaciones, de unos tiempos oscuros y remotos, de superstición y denuncias, pero también de valentía e integridad.
 
 
 
 
Y por ello, siempre me sentiré en deuda con Mantlo y Buscema...