domingo, 5 de abril de 2015

EL EUNUCO: SEAMOS UN POCO SINCEROS



Felizmente libres. Así atinan a describir Pep Antón Gómez y Jordi Sánchez la sensación que tuvieron al adaptar el texto clásico de Terencio. No deja de ser una agradable paradoja. Por un lado, el concepto de magister dixit encorseta, capa (nunca mejor dicho, no olvidemos de la obra de la que hablamos, El eunuco), parece que los nuevos directores deben ponerse serios, cuadrarse de hombros y ser escrupulosamente fieles al original. Sin embargo, ni Terencio, ni Aristófanes, ni ninguno de sus colegas se hubieran tomado esos remilgos a la hora de inspirarse, buscando divertir y escandalizar a partes iguales, dando algún pinchazo entre medias a sus coetáneos, incluyendo referencias a los dioses en los que creían y las ciudades donde vivían. 



Córdoba acogió la pasada semana el experimento, brillantemente saludado en su puesta de largo en el prestigioso festival de Mérida, uno de los que mantienen vivas y frescas algunas de esas piezas de los escenarios que no deberían dejar de representarse nunca. Desde el arranque de Thais en un inspirado mónologo, uno se da cuenta de que Anabel Alonso marca el excelente nivel de un reparto que transmite estar bien avenido y divirtiéndose mucho con lo que hace.  



Y es que los amoríos de Thais con dos hombres muy diferentes van a provocar una serie de equívocos que traerán una jocosa locura. Por un lado, el joven Fedrias (Antonio Pagudo, siempre correcto y eficaz), joven y apasionado, pero más pobre que la propia Thais, y el general Fanfa (Pepón Nieto), adinerado y consentidor, pero muy poco activo sexualmente a la hora de meterse entre las sábanas con su querida. Uno y otro satisfacen una parte de su lujuria o menguada bolsa, pero el regalo de un eunuco a la pretendida disparará celos y confusiones entre los competidores, entremezclando sus andanzas con las de otros personajes de su círculo. 



Igual que hizo Terencio, pero modificando situaciones al servicio de sus intereses, Gómez y Sánchez permiten a su espectacular reparto lucirse. Particularmente sobresaliente resulta Pepón Nieto, si bien su Fanfa es uno de los personajes mejor construidos sobre el papel, es mérito incuestionable de este intérprete haberlo explotado hasta el límite, magníficamente acompañado por Jordi Vidal, quien encarna a Pelotus (el maestro comiquero Escobar hubiera estado orgulloso del nombre), segundo de a bordo y fiel incondicional de su superior, todo un Smithers, vamos.  




La trama amorosa de galanes jóvenes y equívocos de señores convertidos en esclavos, y esclavos tornados en amos se cimenta en Lindus (Alejo Sauras), hermano de Fedrias, y Pánfila (María Ordóñez). Buscando ayudar y, en ocasiones, disuadir a la pareja, destaca el prudente y sensato Parmenón (un gran Jorge Calvo) y Filipa (Marta Fernández Muro), quienes intentan advertir a estos aprendices de Calistos y Melibeas. Entre medias, Cilindro (Eduardo Mayo) supera un desengaño amoroso y busca a su hermana raptada por unas piratas siendo pequeña. Por supuesto, todo termina teniendo conexión con los anteriores eventos.



Los número musicales, si bien no son mi fuerte (más por mi falta de formación en este campo que por defecto del género), acompañan perfectamente el tempo de la comedia. No era tarea fácil la de Asier Etxeandia y Tao Gutiérrez, además de la ingeniosa y eficiente escenografía diseñada por Eduardo Moreno; más de dos horas exige mucho a los artistas para no cansarles de la comedia. Se logra sin pausa. Las canciones de los personajes (desde los principales a los secundarios) apoyan, relajan y permiten el tránsito de un día a otro, de un punto al contrario de la casa de Thais.


Resulta curioso que, incluso, se utilizaron fórmulas y maneras de jugar con el espacio teatral al estilo de "Birdman", con un muy buen juego de focos para confeccionar, convirtiendo todo en una mesa de juego, donde los propios intérpretes inter-actuaron con un público que terminó volcado y más que satisfecho para dar varias y largas ovaciones en pie a una cuadrilla que vino, vio y convenció con su resurección casquivana de Terencio.



Sin más pretensiones que hacer reír, lo cual no es moco de pavo, dicho sea de paso, "El eunuco" puede tirar de la ironía y el diálogo ingenioso, pero también de gags mucho más directos, físicos o escatológicos. Resulta digno de admiración que en ese brebaje lograsen que todos esos elementos resultasen graciosos, siempre viviendo del talento del reparto.



Un despliegue que merece cada uno de los premios y críticas elogiosas que han ido cosechando. 


FOTOGRAFÍAS:



http://blogs.hoy.es/elperistilo/2014/08/07/el-eunuco-da-record-historico-al-festival-de-merida/



http://www.hoy.es/fotos/merida/201408/08/eunuco-hace-reir-carcajadas-3084197576463-mm.html



http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/cine/publico-y-carcajadas-llenan-el-teatro-romano-por-los-enredos-amorosos-de-el-eunuco_w9RIq9S9eUlXleEzxQtND/

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