domingo, 3 de septiembre de 2017

LA PRINCESA ESTÁ TRISTE...¿QUÉ TENDRÁ LA PRINCESA?


"La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro"-Rubén Darío, Sonatina.



No debería juzgarse a nadie por cómo pensaba a los diecinueve años. Cuando Carrie Fisher sacó del baúl de los recuerdos sus anotaciones sobre el rodaje de La guerra de las galaxias (1977), ya no era la misma persona. Por supuesto, había cosas en común, pero en aquel pasado, el poderoso espectro de la princesa Leia no se dejaba notar con tanta fuerza. Era, sencillamente, una joven actriz de relación tormentosa con su afamada madre y mucha ilusión de participar en un curioso proyecto dirigido por George Lucas. 



Conforme lo revisaba, Fisher se examinaba a sí misma. Se trataba de una andadura única. Interpretar a aquella líder rebelde le abrió las puertas del imaginario popular; en pocos años, un montón de su audiencia veneraría con celo su póster con un icónico (e inverosímil) bikini metálico. La clase de éxito que ella misma se habría deseado en las primeras audiciones y que terminó escapándose de las manos. En diferentes monólogos, demostró su capacidad de autocrítica y sentido del humor sobre los riesgos que trae aparejada la fama desmedida, agitada la mezcla con la inseguridad humana. El diario de la princesa sería el broche a todo ello, sus reflexiones más íntimas sobre cómo se gestó aquella película y las relaciones que estableció. 



Tristemente fallecida en diciembre de 2016, la curiosidad y el morbo se volvieron hacia aquellas páginas donde se escondían bastantes secretos sobre el origen de una saga cinematográfica mítica y cómo afectó a una de sus principales artífices. Tal vez menos se ha hablado del notable talento de Fisher como escritora, en esta autobiografía de chispazos, donde se esconden verdaderas perlas y sufrimientos. 


"No me ofrezcas amor/Busco indiferencia y rechazo/La ternura me pone la piel de gallina"- Carrie Fisher. 



Resulta curioso qué es noticia y qué no. La editoriales que pretendían vender el libro verían con agrado las filtraciones de la prensa acerca de que estos diarios confirmaban un breve affaire entre Fisher con Harrison Ford, otra de las estrellas de La guerra de las galaxias. Con el morbo de que el actor estuviera casado ya durante el rodaje, no fueron pocos los titulares que seleccionaban fragmentos donde se incluyera algo más subido de tono entre las sábanas. Sin negar que eso tenga su atractivo (porque lo tiene, para qué vamos a engañarnos) hay cuestiones que se desprenden de esos recuerdos bastante más profundas. 



Por ejemplo, se incide menos en una fiesta de rodaje que se realizó en vísperas de que Ford y Fisher comenzasen el idilio. El ambiente de la misma y la descripción de la actitud de algunos integrantes del equipo es quizás una de las mejoras denuncias involuntarias sobre el machismo en la industria cinematográfica. Sin pretenderlo quizás, la narradora refleja la testosterona mal entendida, lo "beneficioso" del exceso de copas y cómo por aquellos días cualquiera involucrado en esta clase de proyecto pensaba que las actrices de la misma eran premios de caza que disputarse. 



Más allá del pequeño romance, uno de los efectos más interesantes del mismo fueron algunos de los breves poemas que provocaron en la joven actriz. Igual que le sucedería a millones de chicos y chicas en el globo con su princesa, Fisher se enamoró de la imagen del aventurero Han Solo y su cicatriz en el mentón, el héroe que escondía grandes secretos bajo su silencioso gesto. Pero miraba al personaje y no al Harrison Ford persona. Apasionados, alocados y auto-destructivos en ocasiones, hay algunos versos con un tinte realmente sabinero y que reflejan muy buena pluma. 


"¡Oh, por qué no podrás quedarte así para siempre!"-Señora Darling, madre de Wendy, James Matthew Barrie, Peter Pan



Lectura de excesivos saltos temporales y caótica en ocasiones, sin embargo, acercarse a estos diarios brinda momentos que realmente atrapan. Más incluso que algunos detalles desconocidos sobre los recovecos de la creación de La guerra de las galaxias, atraen las páginas que dedicó Fisher a recordar su juventud, los difíciles comienzos en la arte escénica y la relación tan particular que mantuvo con su madre. 



Así que, por mucho interés que pueda tener lo costoso y complicado de hacer que fue el peinado de Leia, una humilde recomendación para disfrutar esta autobiografía es mirar en los recovecos, esas facetas de su vida más terrenal donde Fisher deja unos impecables brochazos donde se insinúa mucho, aunque solamente sea a través de una anécdota. 



¿Qué habrías sido de no ser una princesa intergaláctica con fans en todo el globo? Esa cuestión se lanza Carrie Fisher, cuando muchos fans solamente ven a Leia. "Sería yo" es su respuesta al finalizar el diario de la princesa.  



BIBLIOGRAFÍA: 



-FISHER, C., El diario de la princesa, Nova, Barcelona, 2017. Traducción de Irene Salasvsky. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 






-https://galakia.com/resena-de-el-diario-de-la-princesa-de-carrie-fisher-publicado-por-nova-b/



-http://cultura.atresmedia.com/libros/noche-que-princesa-leia-perdio-virginidad_2017040558e5ecf30cf2f2c87559d97c.html

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